Las industrias de automoción y aeronáutica han sido consideradas el motor para la mejora continua de los procesos de producción. Las principales compañías del sector están modificando sus enfoques hacia una fabricación de mayor calidad y más ecológica.
La introducción de pinturas a base de agua para la carrocería de los vehículos significa que el control de las condiciones de temperatura y humedad en las cabinas de pintura es esencial.
Una humedad del aire demasiado alta puede causar una excesiva dilución de la capa de pintura en la carrocería, causando así la formación de diminutas "burbujas" de líquido que, tras el secado, pueden dar lugar a defectos y a la formación de pequeños cráteres en la superficie.
Y viceversa, una humedad demasiado baja puede causar una evaporación excesiva del agua utilizada para diluir las pinturas, dificultando la aplicación del producto e incrementando el consumo de pintura para garantizar el espesor correcto de la capa.
La industria del automóvil también incluye la utilización de materiales de nueva generación. En particular, el tratamiento de materiales compuestos, como la fibra de carbono, es cada vez más común.
Para garantizar la correcta manipulación de dichos materiales, se requiere un control preciso y absoluto de la calidad del aire en el ambiente de la producción, incluyendo la humedad del aire. Una muy alta precisión y fiabilidad son exigencias fundamentales de los humidificadores utilizados.
Otra aplicación típica en el sector de la automoción incluye las cámaras de pruebas. Dentro de estas cabinas especiales, se crean condiciones climáticas externas (hasta un 95% HR), con límites muy estrictos respecto a la tolerancia y precisión. De esta forma, los componentes mecánicos y eléctricos se llevan al límite, con el fin de probar su comportamiento y verificar su funcionamiento.
En ambientes industriales que utilizan sistemas y equipamiento muy sofisticados, es necesario minimizar el riesto de descargas electrostáticas.
Para prevenir esto, es necesario mantener un nivel de humedad por encima del 30%. Una humedad relativa baja hace más probables las descargas eléctricas, que pueden afectar y dañar la maquinaria.
El nivel correcto de humedad es también necesario para asegurar el confort de los trabajadores. Manteniendo el nivel de humedad entre 40-60% HR, se aseguran óptimas condiciones para el confort personal, reduciendo el absentimo debido a enfermedades de trabajo, sobre todo en los meses de invierno.