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  • Características generales

    La temperatura del aire y la humedad son dos de las características que más influyen en la calidad del ambiente.  Para garantizar el confort de las personas es necesario controlar estas propiedades con precisión, tanto en los espacios individuales como en los comunes (restaurantes, hall, salas de conferencias, etc.).

    En el verano, por ejemplo, el aire caliente exterior debe ser refrigerado para que alcance una temperatura confortable, en torno a los 20-25ºC.  Con este objetivo, en las instalaciones de ventilación se pueden integrar sistemas de enfriamiento adiabático, los cuales atomizan el agua en gotitas finísimas que se evaporan espontáneamente absorbiendo calor del aire y, por tanto, refrigerándolo.  Estos sistemas pueden ser utilizados también para refrescar salones exteriores, creando un ambiente acogedor y relajante.

    Durante el invierno, por el contrario, el aire de los sistemas de calentamiento puede resultar muy seco, con un 10-30% de humedad relativa.  En condiciones como esta el cuerpo humano pierde la humedad natural, provocando así sequedad de la piel, labios agrietados, ojos enrojecidos, así como dolor de garganta o enfermedades típicas del invierno.  

    Para solucionar estos problemas es importante mantener la humedad relativa entre valores que garanticen las condiciones de bienestar, entre el 40-60%.  Con este objetivo, pueden utilizarse tanto humidificadores de vapor como sistemas adiabáticos.

    Mantener el correcto nivel de humedad permite, entre otras cosas, rebajar la cantidad de polvo presente en el aire, derivado de alfombras, cojines, cortinas, etc., minimizando la posibilidad de problemas respiratorios a personas con alergias o asma.

    Limita, además, la acumulación de electricidad estática, que puede resultar un inconveniente cuando se toca ropa, manillas de las puertas, etc.

    La calidad el aire es importante no sólo en los espaciones dedicados a los huéspedes, sino también en el resto de servicios suministrados.  Por ejemplo, la conservación de los alimentos en cámaras frías puede requerir elevados niveles de humedad, con el fin de preservar el aspecto y la frescura de los alimentos.

    Otra aplicación presente sobre todo en los hoteles de lujo es el baño turco, en el que un humidificador especial mantiene el ambiente saturado de vapor a una temperatura entre 40-45ºC, permitiendo al cuerpo relajarse y eliminar toxinas.

     

  • Más

    La humidificación para el máximo confort de los huéspedes significa:

    • Evitar las molestias asociadas a un aire demasiado seco;
    • Reducir la cantidad de polvo en el aire;
    • Limitar la electricidad estática;
    • Sistemas adiabáticos para el acondicionamiento en verano;
    • Soluciones ecológicas para el enfriamiento del aire, con el mínimo consumo energético;
    • Soluciones específicas para baños turcos u otros servicios para los huéspedes.