En un sistema de acondicionamiento del aire, el calor absorbido por chillers y drycoolers disminuye a medida que se incrementa la temperatura exterior: en verano, el enfriamiento evaporativo puede mejorar las condiciones de operación de los sistemas.
La mayoría de las instalaciones de chiller y drycooler son diseñadas en base a la máxima temperatura exterior: la influencia de este factor ha crecido en los últimos años, como consecuencia de las intensas olas de calor. La sobredimensión de los dispositivos significa mayor polución, mayor nivel de ruido y una inversión mayor en la superficie de calor, la cual no es utilizada cuando la demanda es menor.
Los enfriadores evaporativos impulsan la operación del sistema en estas condiciones específicas. CAREL ofrece sistemas de bombeo y distribución que pulverizan agua atomizada dentro de la corriente de aire que fluye a través de las bobinas. Estas gotitas de agua evaporan agua espontáneamente, absorbiendo energía del aire que por consiguiente se enfría, y se pone en contacto con las bobinas a una temperatura menor. En este sentido, el intercambiador de calor puede dispersar la cantidad acumulada de calor incluso cuando las temperaturas son más elevadas de lo esperado. Por otra parte, las partículas del agua atomizada no se evaporan completamente dentro de las bobinas, con lo que las aletas de las bobinas de humedecen, aumentando aún más la eficacia general del sistema. Los atomizadores utilizados para aplicaciones de enfriamiento evaporativo pueden trabajar con agua de red no tratada o con agua desmineralizada, y son muy simples de manejar: todo lo que se necesita es un interruptor de presión en el circuito de refrigeración.
En un sistema diseñado para trabajar con una temperatura exterior de 26ºC y una humedad relativa del 50%, si usamos el enfriamiento evaporativo, un drycooler a 30ºC tiene la misma capacidad de trabajo que a 25ºC sin enfriamiento evaporativo. Asumiendo entonces que los ventiladores de velocidad variables están disponibles y controlados por el inverter, el sistema puede alcanzar el mayor nivel de eficiencia, incluso a baja temperatura.
Comparando los sistemas de enfriamiento evaporativo con aquellos que no usan agua atomizada, este sistemas tiene importantes beneficios: fácil instalación, incluso en aplicaciones ya instaladas, control más preciso con menos consumo de agua, costes de mantenimiento más bajos y no hay caídas de presión en el sistema de ventilación.
